Los 15 errores de limpieza que los expertos quieren que dejes de
cometer
Si quieres limpiar a fondo y no cometer ningún fallo,
descubre los errores de limpieza más comunes. Los haces sin darte cuenta, pero
es muy fácil corregirlos ¡si sabes cómo!
1. COMENZAR POR LOS MUEBLES
Uno de los errores de limpieza más comunes es
comenzar a limpiar por los muebles y todas las superficies, dejando el suelo
para el final. Y resulta que lo recomendable es todo lo contrario: empezar
por el suelo, y luego el resto. ¿Por qué? Pues porque el suelo es uno de
los lugares donde se acumula más suciedad y, al limpiarlo, podemos desplazar
sin querer los gérmenes a las superficies que habíamos limpiado previamente.
2. LIMPIAR DE FORMA DESORDENADA
Una vez limpiado el suelo, sí es recomendable seguir un
orden que vaya de arriba abajo. O sea que primero hay que limpiar las
superficies de muebles y estanterías que están más elevadas e ir
descendiendo. Así evitas que el polvo pueda caer sobre las superficies que
ya has limpiado.
3. PASAR LA ESCOBA EN LUGAR DEL ASPIRADOR
Siempre que puedas, utiliza el aspirador. La escoba
desplaza el polvo y la suciedad de un lugar a otro, pero no los acaba de
eliminar del todo. El aspirador, en cambio, recoge mucho mejor todas las
partículas. Ahora bien, para evitar riesgos debes vaciar la bolsa donde se
acumula la suciedad, o cambiarla después de cada uso.
4. UTILIZAR LOS MISMOS PRODUCTOS Y BAYETAS PARA TODO
No uses los mismos trapos y utensilios para limpiar toda la
casa. Las bayetas y estropajos del baño, por ejemplo, no se pueden usar en el
resto de estancias, y viceversa. Tampoco te dejes engañar por los limpiadores
multiusos. No existe ningún producto que lo limpie todo. Cada tipo de
superficie o material requiere un producto adecuado. Y si no quieres abusar de
los productos químicos, hay un montón de productos de limpieza caseros que son
mucho más ecológicos y menos perjudiciales para la salud.
5. OLVIDARSE DE DESINFECTAR
Otro error típico de limpieza y orden, provocado en muchas
ocasiones por el abuso de los productos multiusos, es olvidarse de desinfectar
ciertos elementos y estancias. Para el baño, por ejemplo, es necesario
utilizar un limpiador específico que, además de limpiar, desinfecte. Y en
especial en el inodoro, recordando limpiar también la escobilla y el recipiente
donde se pone.
6. NO LIMPIAR LOS TRAPOS, BAYETAS, GAMUZAS…
Uno de los principios básicos de una limpieza correcta es
utilizar utensilios y herramientas que estén limpios. Parece algo obvio, pero a
menudo los guardamos después de usarlos sin haberlos limpiado… Usar trapos,
bayetas, gamuzas, fregonas y escobas sucias no solo dificulta la limpieza, sino
que puede «ensuciar» en lugar de «limpiar», y ser
perjudicial para la salud al ir acumulando y propagando gérmenes. Fregomatic
está especialmente indicada para el escurrido de bayetas. Con su sistema de
escurrido vertical la bayeta sale más limpia y escurrida sin ningún esfuerzo.
7. DEJAR QUE TODO SE SEQUE AL AIRE
Otro clásico de los errores de limpieza es dejar que
muebles, encimeras y suelos se sequen al aire libre después de limpiarlos con
algún limpiador líquido, lo que provoca que queden marcas, manchas o gotas
del producto al secarse. Para evitarlo, seca las superficies de muebles y
mamparas con paños de microfibra, y pasa una mopa seca por el suelo o utiliza
herramientas como #fregola que dejan la fregona más limpia y escurrida que los
escurridores de plástico habituales.
8. PERMITIR QUE EL POLVO SE ACUMULE
El polvo es uno de los peores enemigos de la limpieza. Al
abrir puertas y ventanas, ventilar la casa, o cuando circulamos por ella
simplemente, el polvo lo va invadiendo todo silenciosamente, pero solo lo
limpiamos de los lugares más visibles. Los altos de estantes y armarios,
los marcos, juntas y detrás de las puertas, bajo las camas, o entre los cojines
y las costuras de sofás y butacas son algunos de sus lugares predilectos.
Si no lo retiras regularmente, puede acabar desplazándose a zonas limpias.
9. CONFIAR EN EL PLUMERO
A no ser que sean de un material electrostático que
realmente «atrape» el polvo, los plumeros de toda la vida solo
lo desplazan, no lo recogen. Lo más indicado para quitar el polvo son las
gamuzas y los trapos de microfibra doblados, ir cambiando de lado a medida que
vayan acumulando suciedad, y lavarlos después de usarlos.
realmente «atrape» el polvo, los plumeros de toda la vida solo
lo desplazan, no lo recogen. Lo más indicado para quitar el polvo son las
gamuzas y los trapos de microfibra doblados, ir cambiando de lado a medida que
vayan acumulando suciedad, y lavarlos después de usarlos.
10. DESCUIDAR INTERRUPTORES, MANDOS, POMOS…
Interruptores de luz, pomos de las puertas y mandos de los
electrodomésticos son algunos de los puntos de la casa que más tocamos
literalmente y, por lo tanto, donde se depositan más gérmenes y bacterias. Si
quieres evitar que se acumulen y se propaguen a través de las manos que los van
tocando, lo más recomendable es limpiarlos periódicamente. Para llegar hasta el
punto más recóndito, puedes ayudarte de cepillos de dientes, palillos o bastoncillos
como los que se usan para las orejas.
11. LIMPIAR LOS CRISTALES CON SOL DIRECTO
Está muy bien esperar a que no llueva para limpiar los
cristales. Pero nunca lo hagas con sol directo, ya que el limpiacristales
se seca a toda prisa sin darte tiempo a eliminar todos los restos de
producto. Y además provoca los típicos reflejos, que no vemos hasta que el
sol desaparece.
cristales. Pero nunca lo hagas con sol directo, ya que el limpiacristales
se seca a toda prisa sin darte tiempo a eliminar todos los restos de
producto. Y además provoca los típicos reflejos, que no vemos hasta que el
sol desaparece.